Habiru...
Un vocablo del idioma acadio que equivale a bárbaro, a extranjero, en su connotación más peyorativa y marginal. La mayoría de los habitantes del Imperio de Sargón lo usan para refereirse tanto a los amorreos como a los cimmerios del norte. En el caso de Mari, se usa exclusivamente para éstos últimos, prefiriendo llamar a los habitantes del desierto uridummu (perros rabiosos).
Aunque en comparación con otras ciudades (como Nínive o Nimrud) está más alejada de las peligrosas montañas infestadas de salvajes, Mari recibe tanta atención como ellas por su parte. Varias son las razones por las que los cimmerios odian y temen a la ciudad en igual medida.
Una de ellas es el hecho de que Mari es la mayor ciudad esclavista de toda Kishar. El hambre de riquezas de los awilum es insaciable, y los negreros de la ciudad no tienen ningún reparo en acudir a las montañas para raptar personas en su afán de obtener "carne" para vender. Aldeas enteras han sido arrasadas por awilum sin escrúpulos, con los hombres adultos, enfermos y los ancianos muertos a manos de esclavos mushkenu y wardu, mientras las mujeres y niños eran llevados contra su voluntad a la ciudad. No pocas incursiones contra Mari tenían por objetivo recuperar o vengar el secuestro de hombres libres a manos de bandas de parientes y amigos del clan. Es una lástima que su número sea tan inferior en comparación con los guardas y soldados de la ciudad (al no haber vivido nunca en una ciudad, los cimmerios realmente desconocen o les resulta difícil concebir que un lugar pueda albergar cientos o miles de personas). La mayoría, si tienen suerte, acabarán como luchadores en los pozos de pelea. El resto acabarán muertos o con destinos peores.
La esclavitud es peor que la muerte para los cimmerios. |
Otro motivo que lleva a bandas, o en este caso familias y clanes enteros, a viajar al sur de la relativa seguridad de las montañas, es la dureza de la vida al aire libre. Sobrevivir por sí solos es difiícul, y el invierno puede ser realmente cruel en sus lugares de nacimiento. Cuando los cimmerios oyen hablar del Imperio, no sólo escuchan hablar de la crueldad de los awilum, sino también del buen clima y la abundancia de presas. Es un canto de sirena para muchas aldeas desesperadas, que deciden arriesgar sus vidas para que sus hijos y familias puedan sobrevivir mejor en un mundo hostil. A veces incluso las luchas contra otros clanes pueden obligar a estos grupos a migrar y asentarse en una zona. Aunque son gente dura, no todos logran adaptarse a los peligros, como depredadores, plantas tóxicas, o incluso a los grupos de esclavistas de los que hablábamos antes.
Aldea celebrando su asentamiento en el sur |
Una última razón de peso, para algunos, y relacionado con lo anterior, es la riqueza del Imperio. Los awilum disponen de grandes lujos y bienes que no pocos cimmerios codician. Algunas aldeas de cimmerios no dudan en realizar incursiones para saquear y hacer con un buen botín con el que comerciar con otras aldeas de más al norte, o incluso con otras culturas como los uridummu. Estas bandas a veces deciden quedarse de forma permanente en las tierras del Imperio, o al menos lo bastante cerca como para causar problemas. No pocas patrullas de Mari realizan incursiones para librarse de estos indeseables invitados. Estas bandas a veces crecen con fugitivos que logran escapar de las caravanas de esclavos o delincuentes mushkenu que han sido sentenciados a muerte y no tienen otra salida.
Aunque vistos principalmente como individuos extremadamente peligrosos, algunos awilum no dudan en entrar en contacto con ellos para obtener ciertos servicios únicos. Por ejemplo, como mercenarios o asesinos a sueldo contra otros awilum o uridummu, o como escoltas en los peligrosos pasos que conducen a las montañas (algunos asirios o assures tienen un tímido comercio secreto con ellos). Algunas de las bandas más amorales incluso se dedican al rapto de aldeas mushkenu para esclavistas, no viendo ningún problema en ello.
No son héroes, sino supervivientes, y a veces eso les lleva por oscuros caminos. |
Eso es otra, la relación entre los habiru y los mushkenu no es precisamente buena. Los primeros consideran a los segundos por dejarse pisotear por los awilum, mientras que los segundos ven a los mushkenu como criaturas salvajes e indómitas, poco mejor que los uridummu (o incluso peor, porque a veces los mushkenu sufren públicamente para evitar posibles intentos de fuga de sus esclavos). Para un cimmerio resulta dificil de entender que, siendo tantos mushkenu, se inclinen y arrodillen sobre seres tan arrogantes y decadentes, en lugar de rebelarse y romper sus cadenas.
Esta mushkenu mira a un cimmerio con desconfianza. |
Con los uridummu, sin embargo, son mucho mejores. Ambos pueblos respetan la capacidad para sobrevivir en el mundo y su libertad, y aunque a veces surgan malentendidos, una vez ambos dejan a un lado en parte sus prejuicios, pueden ser grandes aliados, aunque la naturaleza pragmática de los uridummu puede parecerles en ocasiones cobardes a los valientes norteños. Los uridummu, por su parte, no siempre distinguen bien a los mushkenu de los cimmerios, creando malos precedentes para la convivencia.
Notas:
Los cimmerios son, personalmente, la cultura que menos me gustó de todas las de la Puerta de Ishtar cuando Rodrigo comenzó a publicarlas en su blog hace varios años. Tampoco es que me disgustasen, simplemente tenía una visión muy sesgada de ellos, porque la palabra cimmerio es el equivalente de Conan para mí, y personalmente del famoso bárbaro sólo tuve la oportunidad de ver sendas películas protagonizadas por "Gobernator". Jamás leí los libros o los cómics del afamado bárbaro, y aquel esculturista en taparrabos y con espada representaba todo lo que sabía sobre el mundo del cimmerio. Casi no entendía qué pintaba aquél guerrero de ascendencia (blanca, además, en pleno oriente medio) en el juego de Rodrigo (en mi mente, imagino a todos los caracteres humanos de Kishar con rasgos semíticos, y aquello en mi ignorancia me rechinaba un tanto), me daba una sensación de que era una especie de guiño hacia una de las fuentes (literarias) de la que bebía la Puerta de Ishtar y poco más.
A medida que pasaba el tiempo y leía más el blog, Rodrigo plantó en mí una semilla de curiosidad acerca de las fuentes históricas en las que se basaba para escribir su libro. Así fue como empecé a trastear en la biblioteca de mi ciudad e investigar, leyendo varios tomos en español e inglés acerca del mundo real en el que se asentaba Kishar. Curiosamente, fue ahí dónde empezó a variar mi percepción de los cimmerios, al ver que ciertas partes nombraban a los pueblos de las montañas que tenían bien atemorizados a los habitantes de las ciudades y aldeas. Fue así que poco a poco, me alejé de la influencia de "Gobernator". También ayudaron el visionado de otras películas (la última de Conan, que sin ser la última maravilla, me gustó mucho) o series (los bárbaros del Muro de Hielo en Games of Thrones son otra referencia importante), así como más lecturas. Hoy en día sigue sin ser mi cultura favorita, la verdad, pero un cimmerio está al mismo nivel que los demás, no aparte, en mi visión de la Puerta de Ishtar.
Esta entrada es mi forma de enmendar mi actitud y dar las gracias a Rodrigo, y probar a otros que sigan sin ver la idea de que existan cimmerios en su partida, una posible manera más de integrarlos en el mundo de Kishar. Espero que guste o, al menos, no disguste a nadie, por la forma tan peculiar que tengo de verlos.