Los soldados forman la columna vertebral del ejército de Sargón. Sin ellos, el Imperio se habría venido abajo hace mucho tiempo, y tampoco existiría, tanto en su formación como en el dia a dia se ocupan de que toda la Kishar ocupada se mantenga estable.
Guerra en la era de los Annunaki |
Antes de la ascensión de Sargón al poder, los soldados no existían en realidad. La guerra se llevaba a cabo mediante levas de reclutamiento en las propias ciudades. Todo hombre sano y sin deformidades capaz de empuñar un arma era obligatoriamente inscrito cuando era necesario. Cada uno era responsable de procurarse sus propias armas y equipo, siendo el suministro de víveres lo único que aportaba la ciudad, junto a un entrenamiento superficial y el miedo a los látigos de los oficiales y sus crueles castigos como principal motivador para ganar la batalla. Cuando acababa el periodo de conflicto, los guerreros supervivientes volvían a sus vidas ordinarias, a seguir sus ocupaciones. Aquellos que habían sido mutilados corrían peor suerte siempre, porque los gobernantes no se hacían responsables de ellos, achacando a su propia falta de habilidad y pericia en el combate su situación actual, y por ello realizar las mismas labores suponía una gran dificultad para ellos. Por ello muchos trataban de ocultarse cuando llegaban los oficiales de reclutamiento, aunque dependiendo de la ciudad, ser atrapado en estas circunstancias podía conllevar un destino peor, desde el simple reclutamiento a la fuerza maniatado, hasta la muerte como blanco de prácticas para otros reclutas. Los Annunnaki llevaron a cabo sus batallas de esta manera durante milenios, sin preocuparse de la moral de su ejército ni su equipo.
Sargón cambió todo eso, creando por primera vez en Kishar el oficio del soldado: un guerrero entrenado cuya ocupación era hacer la guerra. Alimentados por la ciudad, eran ejercitados diariamente y adiestrados en el uso de armas, tácticas y estrategia. Todo ello le dio una ventaja sin igual en el campo de batalla, que le permitió conquistar una ciudad tras otra para su gran Señor y Amo: el dios Enlil. Tras la rebelión que dio fin al gobierno de los Annunnaki y la formación del Imperio, el Inmortal mantuvo al ejército.
Zubi o espada-hoz de bronce de Kish |
Como buen general, dispuso sus tropas por todo el tablero de Kishar, situándolos en todas las ciudades, para evitar revueltas y mantener bajo control el incipiente Imperio. Para garantizar la lealtad de sus hombres y líderes, les dio lotes de tierras, esclavos para trabajarlas y sueldos en forma de cestas de pescado y sal cada 3 meses. A cambio, debían entregar a sus primogénitos al ejército de Sargón, manteniendo de esta manera una clase social nueva en las urbes de Kishar llamada Niskum. Estos awilum son los integrantes de los puestos de oficiales en el Kishir Sharruti, "los Hombres del Emperador", y reciben este epíteto porque realmente le son leales, al depender directamente de él y no de los Ensi que gobiernan las ciudades, pues el propio Emperador es quien se encarga de suministrar las provisiones y vituallas, a fin de garantizar tanto la fidelidad del ejército como el buen estado de salud de los mismos.
Aunque los awilum son los grandes estrategas y tácticos, son los mushkenu quienes forman el grueso de las tropas. La mayoría son esclavos que los Niskum aportan a los Turtam, los grandes generales de Sargón. Estos esclavos son adiestrados y puestos a prueba por los awilum quienes los disciplinan con mano firme y terribles castigos. La muerte a bastonazos no es algo desconocido, y los latigazos un castigo habitual. Pero los awilum no son estúpidos, pues han aprendido a evaluar a los esclavos, y buscan en muchos de ellos signos que delaten la fuerza y las debilidades de los mismos, a fin de asignarlos a las unidades en las que pueden ser más eficaces.
Así, los más indisciplinados y débiles son convertidos en nim ("moscas"), tropas de infantería ligera que actúan como escaramuceros y unidades de despliegue rápido que acosan al enemigo y se encargan de distraerlos. Armados con cascos de cuero, escudos, hondas y lanzas, son carne de cañón para tratar de frenar el avance del enemigo, a menudo las tribus de bárbaros cimmerios o asaltantes uridummu, con quienes suelen poder enfrentarse en condiciones.
Un ejemplo de soldado en tiempos de paz |
Las tropas que soportan bien el ritmo y se integran en sus unidades forman las unidades regulares. Pertrechados con cascos de bronce, armaduras de cuero cosido y zubi (espadas-hoz), forman las falanges que plantan cara al enemigo. La primera línea de las falanges lleva un escudo, mientras que de la segunda y tercera llevan lanzas para atosigar al enemigo. Las últimas están para reemplazar a los caídos de las filas delanteras, y si hay un awilum como oficial, un wardu lo lleva en una silla especial por encima de sus hombros para que dirija el combate con su látigo y su arco.
Los Wardu son reservados como infantería pesada, estando a menudo protegidos con armaduras de placas o escamas de bronce, capacetes del mismo metal en su cabeza, y armados con enormes hachas de bronce o almádenas de pesada piedra. Forman unidades más pequeñas y compactas, a menudo enviadas a la lucha para asegurar la aniquilación total del enemigo. Cuando los uridummu o cimmerios ven a estas tropas, su visión suele ser suficiente para hacer encoger sus corazones y salir huyendo.
Estas tropas son la soldadesca habitual en Kishar. Por supuesto, existen puestos más específicos: están los exploradores que hacen las veces de espías y saboteadores del enemigo; los zapadores que con palos de cavar, antorchas y hogueras socavan las murallas fortificadas; los conductores de carros que guían a sus oficiales en mitad del caos de la batalla; etcétera. Pero en este caso se trata de unidades auxiliares o especializadas.
Los mushkenu cuyas heridas supongan una incapacidad para el combate suelen ser relegados a tareas menores, como ayudantes de cocina, arrieros de animales, mensajeros, o posiciones que sirvan para darles alguna utilidad. En caso de que realmente sean más una carga que una ayuda, no es raro devolverlos a sus amos o incluso venderlos.
Aplicaciones a la Puerta de Ishtar:
- Un pj puede aplicar su profesión de Soldado para obtener un bonificador a sus Habilidades de Combate, siempre que cuente con la aprobación del Director de Juego, superando así la regla que dice que ninguna habilidad de combate puede dar un bonificador mayor que 6.
- Un grupo de cimmerios encuentra a un soldado que dice haber desertado, y que puede darles información sobre las tropas cercanas si lo dejan vivir. ¿Es un espía de Sargón o realmente es lo que dice?
- Un mushkenu que recibe un golpe en combate queda inconsciente en una batalla y dado por muerto. El cruel awilum que los dirigía se retiró rápidamente y por ello los cuerpos no han sido incinerados. Esta es su oportunidad para huir y ser libre, y podria ser el transfondo de un personaje.
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