Considero que la música es, junto a las imágenes, una de mis grandes herramientas con las que avivar la imaginación a la hora de imaginarme el mundo de Kishar. Otras fuentes que a veces me llegan sin saberlo son las palmeras, nuestro sol y en general, nuestro clima, sobretodo aquí en el sur de España, donde las altas temperaturas evocan sin saberlo un mundo antiguo y fantástico. Pero hablaba de la música, que creo tremendamente importante. Prueba de ello es este video que, aunque parezca una tontería a muchos, a mi me ha encantado sobremanera:
Me imagino a los awilum, ataviados en ricos ropajes carmesíes, verdes y azules, con anillos, brazales y colgantes, los hombres con barbas rizadas y bien aceitadas, las mujeres con sus diversos peinados y maquillajes, engalanadas para mostrar sus riquezas y encantos. Todos acomodados sobre pilas de caros y mullidos cojines (las sillas o asientos se reservan al patriarca o a los invitados importantes), descalzos sobre hermosas alfombras que impiden que los pies rocen el suelo (las sandalias son símbolos de riqueza, pues solo los mushkenu y wardu hollan la tierra impura y sucia), con quemadores de mirra que perfuman la sala y lámparas de aceite para iluminar una amplia y baja estancia oscura que oculta a los awilum del despiadado sol, que comienza a ocultarse en el horizonte. Es un banquete, y como es costumbre, las grandes celebraciones se realizan cuando el calor de Kishar comienza a disiparse, aunque para nosotros sería simplemente la tarde aún, mientras que para ellos es bien avanzada la noche, pues acostumbran a dormir temprano.
Los sirvientes mushkenu llenan sus copas de vino, bebida de reyes debido a su prohibitivo precio, y que debe ser rebajada con agua previamente. Grandes bandejas de plata y oro llenos de pan caliente relleno de verduras y carne, cestas rellenas de granadas, manzanas y melocotones (todo mucho más pequeño en tamaño de lo que acostumbramos hoy dia), y platillos con frutos secos, son servidos por muchachos educados y bañados para la ocasión (ningún invitado debe quejarse de los mushkenu). Al no haber servilletas, las esclavas portan jofainas de agua de rosas para lavar manos y bocas, y ofrecen sus cabellos perfumados para secarse.
Todo esto mientras, de fondo, nuestro músico canta e interpreta alguna canción con la que deleitar a los invitados de su amo. Lejos de la acción y la tensión de la aventura, es una invitación a disfrutar de la vida y ser felices, antes de proseguir con las correrías por Kishar.
Todo esto mientras, de fondo, nuestro músico canta e interpreta alguna canción con la que deleitar a los invitados de su amo. Lejos de la acción y la tensión de la aventura, es una invitación a disfrutar de la vida y ser felices, antes de proseguir con las correrías por Kishar.
Completamente de acuerdo.
ResponderEliminarTengo una lista de reproducción de Youtube (https://www.youtube.com/playlist?list=PLE131B18BF6697121) que, entre otras cosas, contiene un par de canciones que podrían servir de ambientación para La Puerta de Ishtar.
Me ha gustado bastante la selección, Rodrigo. Algunas las tengo guardads, pero otras no las conocía. Muchas gracias.
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